El Liceo de Aristóteles

Aristóteles, al igual que su maestro Platón, fundo una escuela en Atelas la cual llamó Liceo, en honor al gimnasio que estaba construido al lado dedicado al Dios Apolo Licio. Fue fundada en el año 338/339 a.C tras ejercer de maestro o preceptor de Alejandro Magno,. Algo curioso es que Aristóteles no comenzó a impartir enseñanza con la fundación de su escuela, sino que años antes (347-345 a.C) había desempeñado una labor pedagógica en la Academia de Platón. Sin embargo se considera que el inicio real de su escuela filosófica no fue hasta la fundación del Liceo, pues lo anterior era únicamente una extensión de la Academia de su maestro.

Los miembros de la escuela o seguidores de Aristóteles eran llamados peripatéticos, al igual que los propios maestros. Hay muchas opiniones y estudios a cerca de por qué ese nombre. Muchos afirman que se debió a la costumbre de los maestros de dar las clases paseando con sus alumnos (Perípatos traducido del griego significa paseo), sin embargo otros consideran que el nombre proviene del lugar en el que Aristóteles decidió construir la escuela, llamado el Perípatos o "paseo cubierto".

El Liceo no se ocupaba del estudio de una disciplina concreta, sino de muchas y se impartían lecciones, se debatía y se realizaban comentarios de texto. Sin embargo no todo era leer, estudiar y trabajar. Los griegos tenían un gran respeto por las tradiciones culturales y las fiestas que se celebraban cada mes, por lo que existían una serie de normas dictadas por Aristóteles que regulaban la celebración de dichas fiestas por parte de los estudiantes y también las lecciones impartidas tenían que respetar estas normas y también una serie de horarios. Algo curioso también es que los peripatéticos vivían en comunidad y con dedicación plena al conocimiento desinteresado (desinteresado porque la filosofía de Aristóteles no tenía un fin claro como el fin político de Platón).

En el Liceo se trataban temas de política, sin embargo se dice que Aristóteles tenía un miedo atroz de ser acusado de macedonismo, esto es, de velar por la superioridad de los macedonios frente al resto de Grecia. Evidentemente con la gran tensión que se respiraba en aquella época entre griegos y los también griegos, los macedonios, pero considerados bárbaros o extranjeros, era de esperar esta actitud por parte de Aristóteles. Por este motivo el Liceo nunca llegó a participar ni interferir de ninguna manera en la política ateniense. Sin embargo, sí que se dedicó a recopilar las constituciones griegas (158 en concreto).

Como era de esperar, en vista de la filosofía de Aristóteles en cuanto a la ciencia conocida como física y su interés por las ciencias biológicas, en Liceo también se ocupó de investigaciones naturales y analíticas, entre las que destacan los estudios de Aristóteles del Organon y La Física. Ya en su etapa final, cuando Teofrasto impartía clases, el Liceo se dedicó a escribir enciclopedias y a cuestiones éticas. 

Algunos de los peripatéticos más importantes fueron: Dicearco de Mesina, quien se ocupó de las actividades enciclopédicas; Estragón de Lámpsaco, quien se dedicó al estudio de la naturaleza y se acercó al atomismo, ya planteado con Demócrito, filósofo pluralista del siglo 4-5 a.C; Aristado de Samos, quien dedicó su labor a defender el heliocentrismo, y muchos otros que siguieron de manera fiel el pensamiento de Aristóteles (estos citados anteriormente presentaban ciertas novedades en su pensamiento con respecto su maestro).


El pensamiento de Aristóteles se expandió a muchos lugares, pero su influencia fue decayendo hasta el siglo I a.C, cuando se recuperó gracias a la gran labor de Andrónico de Rodas en Alejandría. Andrónico recopiló y comentó muchas de las obras de Aristóteles, agrupándolas por categorías. Fue él precisamente el que inventó el famoso término de metafísica, cuando necesitaba agrupar los textos posteriores a los de física que trataban de las teorías de potencia y acto, materia y forma, etc. Le siguieron otros grandes contribuyentes con esta labor de restauración como Ptolomeo o  Alejandro de Afrodisia.

Para finalizar y como anécdota, el yacimiento arqueológico del Liceo, es decir, el lugar donde se asentaba y donde quedan algunas ruinas del edificio, fue abierto al público por primera vez el 14 de junio de 2014 y fue descubierto en 1996. Allí se pueden ver los restos de la calefacción subterránea que utilizaban y una escuela de lucha de época romana.

Fuentes de información:
El Liceo de Aristóteles
National Geographic



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